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lunes, 2 de enero de 2012

Día 7: Más de Finanzas Personales...

Después de las celebraciones de fin de año, bien vale la pena ponerse juicioso y empezar con buen pie el 2012. El viernes pasado habíamos visto que tenemos que listar los gastos y los ingresos, incluido todo aquello que tradicionalmente no se toma en cuenta. Luego de eso añadir los valores en dinero y hacer el balance. Cuando se hace esa comparación salen los números de nuestro saldo y dijimos que puede que la mayoría de las veces sean rojos. Adicionalmente, recordamos que la generosidad y el ahorro, son claves para el futuro. Una vez hecho todo lo anterior viene la etapa más difícil: determinar dónde aplicar la tijera y recortar gastos. Es posible que ya no haya que comprar tantas chucherías en la calle, o que en lugar de comer fuera haya que invertir tiempo en cocinar en casa, o tal vez hay que bajarle la revolución a las salidas de fin de semana. Es muy importante que sepamos en qué estamos gastando mucho para tomar esas decisiones. Por esa razón es que primero se hace la lista a conciencia, porque solo teniendo el panorama completo se puede visualizar de mejor manera la situación en la que nos encontramos. Hay que hacer notar que un rubro muy elevado en la mayoría de los cuadros personales de ingresos y gastos es el de las deudas, sobre todo de tarjetas de crédito, préstamos en efectivo o compras en tiendas de muebles y electrodomésticos. Es necesario que conozcamos cómo funcionan estos productos y que nos fijemos como gasto cíclico (mensual, quincenal, semanal, etc) el pago de ellos. La idea es que en un plazo que cada quien debe determinar, de acuerdo a sus circunstancias, se salde la deuda y no se gaste en ella durante ese tiempo. El doctor Andrés Panasiuk, en una aparición televisiva, decía que muchas veces es una buena práctica colocar el dinero mensual en sobres y usarlo en la medida de nuestros gastos, de tal manera que si se acaba lo que tenemos ensobretado, no podemos seguir gastando. Ese es un consejo práctico y fácil sobre todo para quienes la tarjeta de débito les hace cosquillas. Recuerdo a una amiga que ganaba muy bien, pero que estaba viviendo al centavo, porque cada vez que recibía su salario tomaba su tarjeta de débito y se iba a un salón carísimo a pagar por un corte y manicure, que en otro lado le hubiera costado la cuarta parte, y luego se iba a un centro comercial a comprar ropa que muchas veces no usaba. A mitad de mes siempre estaba prestando o viéndoselas en aprietos. No ahorraba. Con el correr del tiempo tuvo una emergencia médica y como no pagaba seguro ni tenía ahorros, recurrió a un préstamo agiotista. De eso, hace 5 años y aún hoy sigue pagando ese préstamo. Gana muy bien, pero todavía no ha aprendido la lección y el dinero no le alcanza. Esto quiere decir que no es lo que se gana lo que determina si somos solventes económicamente o no, sino la forma en que nos administramos. A veces una persona con sueldo mínimo puede tener mayor poder adquisitivo que alguien que gana 5 mil dólares mensuales, porque esa solvencia económica se mide no en función de lo que se percibe, sino de cómo se gasta.  Mañana les compartiré un poco a cerca del manejo de las tarjetas de crédito y el miércoles les dejaré un formato para realizar su presupuesto. Parafraseando a Jorge Luis Borges, estamos postergando lo impostergable, cada vez que dejamos pasar un día sin planificar nuestros gastos. Tomar la decisión de hacerlo conlleva cambio de hábitos y a veces es complicado. Pero los resultados en el tiempo y la bolsa son fabulosos. “Quien ahorra, siempre tiene”, dice un refrán popular, yo le agregaría “… y quien presupuesta, no deja de dormir por los problemas de dinero”. Por lo pronto, a entrar con todo en este nuevo año, y como dice mi amigo Freddy: auuuuuu!!!

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