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martes, 3 de enero de 2012

Día 8: Las Benditas Tarjetas de Crédito...

Una tarjeta de crédito puede ser una bendición o una maldición. El problema no es la tarjeta en sí misma sino las decisiones que tomamos cuando la tenemos en nuestro poder. Estoy seguro que si vos tenés una deudota no es porque (como diría Sofía Macías) los del banco te pusieron un arma en la sien para que gastaras, sino porque vos por tu propia voluntad y (con o sin conocimiento de causa) te endeudaste hipotecando hasta la cuarta generación de tu descendencia. No obstante, de nada sirve poner el dedo en la llaga sino más bien encontrar fórmulas que permitan una buena forma de usar esos plásticos. El pastor Alex López generalmente habla de que la tarjeta de crédito puede ser un medio de pago o un medio de endeudamiento. La diferencia entre ambos es que si usás tu tarjeta en lugar del efectivo y al final del mes pagás todo lo que gastaste, el Banco no te cobra intereses ni gastos extraños y en ocasiones, hasta salís ganando porque si estás en programa de puntos o de millas, o tenés “cash back”, lográs esos beneficios sin gastar un centavo en intereses. Ahora bien, la mayoría de tarjetas de crédito te dan alrededor de 50 días de financiamiento. ¿Qué quiere decir esto? Que desde el momento en que gastás tenés poco más de un mes para pagar sin que te corran intereses. Si tenés la costumbre entonces de gastarte 100 dólares y al final del mes pagar 100 dólares, seguramente tendrás un buen record crediticio, aprovecharás los programas de fidelización (puntos, millas u otros) y dormirás con tranquilidad porque no habrá llamadas molestas de cobro. Sin embargo, si gastas 100 dólares y pagás al final del mes solo el pago mínimo o una parte, te correrá interés sobre todo el saldo, pagarás mora si te atrasás y seguro tendrás llamadas telefónicas molestas, en las que muchas veces, sin la cordialidad esperada, te invitan a que saldés tu deuda apercibido de penas que ni en el purgatorio se sufren. Usar una tarjeta de crédito es una prueba de madurez: si te endeudás pensando que es una carta en blanco, estás en una tremenda equivocación porque tarde o temprano (como ocurre con todo) tendrás que pagar lo que debes y asumir tu responsabilidad. Muchos tratan de evadir esa responsabilidad no pagando, y en muchos países después de cierta cantidad de años la deuda prescribe, sin embargo tu nombre, tu reputación y tu record crediticio se vienen al suelo y difícilmente te darán un crédito más adelante. Eso es un tremendo inconveniente porque, aunque las leyes lo prohíban y los patronos no lo acepten, el hecho de que alguien tenga deudas no saldadas es un elemento para no contratar personas. Además, si más adelante querés tener un crédito para hacerte de una casa, cubrir una emergencia médica, etc. No lo podrás hacer por la mancha que traés con vos. Ahora la pregunta del millón ¿qué pasa si ya metí la pata y estoy super endeudado y hasta me tienen embargo? Lo mejor es dar la cara y negociar con tu banco o emisor de tarjeta de crédito, a ellos les interesa recuperar la plata invertida. Muchos asesores de cobros te dirán que no es posible hacer un convenio de pago según tus posibilidades y te amenazarán con miles de suplicios reservados para los peores seres humanos, sin embargo, si lográs negociar con alguien que no ande tras una comisión por cobro sino con poder de decisión seguramente lograrás un entendimiento amigable y podrás saldar tu deuda. Lo importante es cumplir. En resumen, la culpable no es la tarjeta de crédito sino la mala administración. Una tarjeta de crédito es una llave para abrir una puerta a administración de dinero con ganancias (si se tienen programas asociados de puntos o premios) o bien te abre una puerta a la que Robert Kiyosaky le llama “la carrera de la rata” donde solo corrés sin moverte, y ves como se diluye tu salario en pagar sin salir jamás de la deuda. Vos decidís. Y quiero recalcarte: si ya te endeudaste comenzá por planificar cómo saldar la deuda (plazos, montos, etc.) y comprometete a salir de ellas. Tu futuro y tu libertad financiera dependen del cumplimiento de esa decisión. Y como dice mi amigo Freddy: auuuuuu!!!!

2 comentarios:

  1. Toda la razòn, hay que pensar bien antes de actuar y comenzar a utilizar estas tarjetas, sobre todo saber si se esta en la posibilidad ecònomica adecuada para poder solventar en alguna ocaciòn en los gastos de utilizaciòn de estas tarjetas, recordatorio, las instituciones bancarias por lo general con las personas morosas no son amables, ni siquiera respetan la honra de la persona ni de la familia, ya que en la actualidad no existen leyes que regulen tales circunstancias estando la gente a expensas de esas instituciones, que no estan dispuetas a perder ni un centavo y haràn todo lo que este a su alcance hasta recuperar lo invertido en nosotros, asì que con mucho cuidado y mucho ojo al decidir sobre que tarjetas usar y en que instituciones. saludos

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  2. Excelente tu aportación, Raúl, gracias por compartirla.

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