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viernes, 13 de enero de 2012

Día 15: Cuándo usar el crédito y cuándo no.

Antes de ir cerrando el tema de finanzas personales, quisiera compartir una pregunta que me dirigió mi amigo Marito: me inquiría sobre cuándo es bueno hacer uso de un crédito y cuándo no, y también si en general es bueno usarlo o no. En primer lugar, la palabra “crédito” viene de “creer”, esto quiere decir que por extensión el acreedor da su confianza al deudor de que este último devolverá lo que se le dio en la forma y tiempo pactado. Dicho de otra manera, si utilizamos el crédito, nuestras referencias crediticias son el mejor indicador de si somos o no personas confiables. Por supuesto este tema da para mucho, pero no es el centro de la pregunta de Marito. Luego de ver ese asunto de la raíz de la palabra, hay que aclarar dos aspectos: 1. Por principio general, en las finanzas personales, no deberíamos usar el crédito (sea préstamo, tarjeta o compras a plazos) pues al final terminamos pagando más del doble del valor real. Mucha gente dice que sin el crédito no pueden adquirir tal o cual cosa, y es cierto, pero la pregunta fundamental antes de ver si nos gusta una cosa o no, debería ser ¿necesito realmente esto? Si por ejemplo adquirimos una lavadora al crédito que cuesta 3 mil quetzales y pagamos una tasa de interés del 3% al mes, comprada en 24 meses, estaremos pagando al final de ese tiempo 5 mil  160 quetzales, es decir un 72% más de su valor real. Eso sin tomar en cuenta intereses moratorios, en el entendido de que seremos juiciosos a la hora de pagar. Eso significaría que la cuota mensual es de Q.215.00 a 24 meses. ¿Qué pasaría si en lugar de adquirir esa lavadora, ahorráramos la misma cantidad por 13 meses nada más?: sencillo, adquirimos el mismo bien, nos convertimos en propietarios en menos tiempo y no pagamos intereses. Es cierto que a veces los gustos o las modas o la publicidad opacan en buen juicio, pero es donde la madurez financiera toma un cariz importantísimo. 2. Es probable que haya bienes que si necesitan que echemos mano de un crédito, como la compra de un inmueble. En este caso no es un gasto sino una inversión, porque las propiedades generalmente suben de precio y lo invertido con sus intereses con el transcurrir del tiempo se revalúan. 3. Es posible que podamos aprovechar los extrafinanciamientos sin interés y las tarjetas de crédito, siempre y cuando las usemos como mecanismo de pago, es decir, si gastamos 100, pagamos 100. Nunca el mínimo. En resumidas cuentas, los créditos pueden ser utilizados, si y solo sí nos aportan valor y salimos ganando al final de la transacción o si pagamos el total antes de que corran los intereses. Si usamos el crédito y pagamos intereses, estamos comenzando a hacer “click” en la carpeta del endeudamiento. ¡Vos tenés la decisión! Y como dice mi amigo Freddy: auuuuuuu….

2 comentarios:

  1. Importante Marlon como todo el resto de artículos anteriormente escritos. La mayoría de veces nos dejamos llevar por el momento de adquirir tal o cual cosa o estar a la moda y no hacemos las cuentas respectivas, de tal forma que pagamos un platal y sin fijarnos. Todo lo que se hace en la vida, debe de realizarse con lógica. Un abrazo y gracias por estos útiles consejos que nos compartes.

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  2. Gracias por tus comentarios, Manuelita... espero saber mas de ti. saludos

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