Copyright


El contenido de este blog está protegido por los derechos de autor de
acuerdo a la legislación y costumbre internacional aplicable. Podrá utilizarse
el contenido siempre que se cite la fuente.


viernes, 5 de octubre de 2012

Día 77: La intrusa en mi casa.

Hace tres noches, antes de acostarme descubrí una intrusa en mi casa. Todo sucedió tan rápido que el susto que me llevé fue grande. Yo estaba quitándome la ropa del día y poniéndome más cómodo para irme a la cama. Puse mi ropa sucia en el cesto y de pronto cuando cerré el recipiente ella salió corriendo, como si fuera la dueña de la casa, tan campante y sin que yo supiera de dónde. Era una lagartija blanca como de unos 10 centímetros y corrió en la pared hasta la parta alta de mi closet. Inmediatamente vinieron a mi mente miles de posibilidades. ¿Qué pasaría si no estaba sola? ¿ y si había más en alguna parte? ¿invadirían la cama durante mi sueño? El punto es que les tengo temor a los reptiles y esa noche alejé la cama lo más posible de cualquier pared. Estuve casi en vela, cerraba los ojos y me dormía un rato e inmediatamente me despertaba para ver si la intrusa se aparecía. Al día siguiente no hubo señas de ella. Hoy en la mañana cuando entré al baño tuve un “avistamiento” y un “encuentro del tercer tipo” (me pregunto cuáles serán los encuentros de primer y de segundo tipo? –es solo un pensamiento suelto-) y ahí estaba ella, sobre la pared entre el lavamanos y el espejo. En ese momento mi primera reacción fue salir huyendo otra vez, pero ella al percibir mi sombra también comenzó a huir. Entonces me paré en el dintel de la puerta y me puse a reflexionar: ya van 3 días y aunque es una huésped que no invité, y es molesto pensar en ella, no me ha hecho nada (al menos que me haya dado cuenta). No sé desde cuando anda merodeando en mi casa, pero lo cierto del caso es que debo aprender a vivir con ella o sin ella. La vida, reflexioné más tarde, es así. Generalmente tenemos imprevistos que vienen a tambalear el orden y que provocan un caos total en nuestras vidas, pero tenemos que aprender a vivir con el cambio, con las contingencias, con los imprevistos, con las lagartijas!!! ¿Cuál es la lagartija que te asusta a vos? ¿Alguna decisión que debes tomar, o una persona que estás permitiendo que te afecte? Y es que al final de cuentas mientras yo estaba parado en el dintel viendo cómo aquel reptil huía de mi sombra me puse a pensar que ella me tenía tanto o igual miedo como el que yo le tenía. Además, su presencia me molestaba en la medida en la que yo le estaba dando importancia. La verdad es que no sé desde cuándo está en mi casa y es posible que sea desde hace varios días y yo había vivido tranquilamente. Ella me estaba afectando porque yo lo estaba permitiendo. Así como la felicidad es una decisión, el dejar que otros nos afecten también lo es. Al regresar esta tarde a mi casa me dirigí al baño a ver si la lagartija seguía ahí, pero no había rastros de ella. No sé si la volveré a ver. Lo que sí es cierto es que no permitiré que mis temores hagan que no duerma bien de nuevo. Vos tenés alguna lagartija en tu vida? Quizá te está aterrando y te afecta solo por qué vos se lo dejás… ¿por qué no probás enfrentar tu miedo y aceptar que esa “lagartija” va a estar ahí por más tiempo y que posiblemente ya estaba antes de que repararas en su presencia? En tus manos está el dejar que otras cosas u otras personas afecten tu vida. Y como dice mi amigo Freddy: auuuu!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario