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lunes, 12 de marzo de 2012

Día 41: Leer... te puede cambiar la vida.

En la década de los 50´s, el escritor mexicano Octavio Paz publicó un ensayo titulado “El laberinto de la soledad”, el título engancha rápidamente y el contenido es prácticamente una radiografía del mexicano en su idiosincrasia y su historia. Por otro lado, a inicios del siglo XX, el escritor francés Marcel Proust inició una colección que es catalogada como parte del pináculo de la literatura universal “En busca del tiempo perdido”, donde más que una reflexión sobre su pasado, el autor retrata la vida misma de un hombre queriendo redimirse. Hablo hoy de estos dos grandes libros porque en la literatura se encuentran innumerables historias y nombres que podrían muy bien narrar la verdad de la existencia de cada uno de nosotros. Me llama la atención que el mismo Jorge Luis Borges en uno de sus cuentos de la colección Ficciones afirma que los libros siempre hablan de otros libros. Algo que Umberto Ecco también afirma en “El nombre de la Rosa”. En la vida he tenido muchos momentos de soledad. Ya he contado que mi infancia no fue precisamente la más feliz, a pesar de que sí guardo recuerdos muy entrañables, pero en general se podría decir que yo fui un infante víctima de lo que hoy llamarían “bowling”. Ya en otra ocasión trataré el tema y la formación del carácter. Pero lo que me interesa hoy es mencionar que mis amigos han sido siempre los libros. Por alguna razón (quizá que responde a mi historia personal) siempre me es complicado hacer nuevos amigos, aunque una vez que tomo confianza me encanta estar con ellos y el sentimiento es mutuo. No obstante, recuerdo que descubrir los mundos e historias que hay en los libros hizo que mi imaginación y mi mente se expandieran. No logro entender cómo hay gente que me afirma que no le gusta leer, pero a la hora de preguntarles si alguna vez han leído un libro completamente (claro, fuera de los aburridos que nos dan a leer en la secundaria) siempre me dicen que no. Entonces les replico que ahí está justamente la razón por la que no les gusta leer. Porque no se dejan seducir por la magia de la palabra escrita. Cada vez que me siento un poco “chipe”, leo y encuentro amigos, mundos y sensaciones fabulosas. Por supuesto que si alguien está iniciándose no puede comenzar con cualquiera de los títulos que cité al inicio. Debe comenzar como un bebé, con libros elementales pero poderosos. El primer libro que le regalé a mi sobrina fue “El Hombre que calculaba”, es un libro pequeño que mezcla una historia romántica con las matemáticas y lo embelesa a uno increíblemente. Otro libro de culto para iniciar es “Corazón”, del italiano Edmundo D´amicci. Además de abrir la mente y de ayudar contra la “hueva”, los libros te preparan y te hacen tener mejores conocimientos y conversación. Eso te ayuda en el trabajo, en la universidad y hasta en las relaciones sociales. Un hombre o una mujer que lee, tiene cierto rose social, y además es interesante a los ojos de otros. Yo te lanzo el reto de que este 2012, si sos de la gente que no lee, rompás con esa idea de que leer es aburrido y descubrás por qué en los países más ricos, donde la gente tiene mejores oportunidades, la lectura es un pasatiempo de rigor. Además, el hecho de que leas este blog, da fe de que tenés madera de lector. Te animo a ser uno más, y verás que con el tiempo cómo cambia tu vida y tu perspectiva. Y como dice mi amigo Freddy: auuuu!!!

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