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martes, 8 de mayo de 2012

Día 53: Tiempo de aprovechar a mi madre...


Ayer, camino a mi casa, me encontré a Herbert, un viejo amigo que vive cerca de mi hogar. Y nos fuimos platicando en el trayecto. Luego decidimos ir a una panadería que queda a una cuadra del Parque Morazán para comprar unos exquisitos strudel de manzana para acompañar en la cena. Cuando  llegamos a la caja para pagar, había publicidad de pasteles para el día de la madre, y entonces él me comentó que no le gustaba el mes de mayo porque le recordaba muchas cosas de su finada mamá. A mucha gente, como a Herbert, este mes les trae agradables recuerdos y, paradójicamente, les hace entristecerse porque los lazos que construyeron con sus progenitoras no terminan de romperse. En una entrada que escribí a principios de marzo comentaba que parte del amor es “dejar ir”. Yo sé que para mí es sencillo decirlo porque mi madre aún vive, y porque seguramente la pérdida de una madre ha de ser muy severa y difícil de superar. No obstante, siempre he tenido la convicción de que los momentos en los que estoy con ella debo aprovecharlos. Desde que tengo memoria mi madre siempre estuvo ahí, y solo pensar que llegará un día en que ya no estará me da una sensación de vacío. Pero la vida es así. Es tan difícil aceptarlo, pero sé que quizá alguna vez cuando vea publicidad de mayo, me sienta de algún modo como Herbert.    En el trayecto a la plenitud y la felicidad, uno de los aspectos más importantes es la capacidad de dar amor y alegría a los otros, pero también el desprenderse, desapegarse. No quiero sonar insensible con todo esto, pero creo que ahora que tengo a mi madre debo aprovecharla, porque algún día deberá partir. Hay ocasiones en las que me he enojado mucho con ella. Las relaciones humanas tienen altibajos. Pero generalmente regreso a pedirle disculpas por mi mal carácter e invariablemente ella me acepta en su regazo. El viernes pasado publiqué en mi Facebook esto: “en los brazos de mi madre siempre me siento en casa”. Lo hice porque amanecí soñando a mi madre. Ya mañana escribiré una entrada con ocasión del 10 de mayo dedicada a ella, a mi tía y a mi hermana. En la foto de esta entrada, estamos los 4  hermanos, mis dos sobrinos y mi mamá. Hoy sin embargo, y partiendo del comentario de mi amigo Herbert, quiero invitarte a que si tenés aún a tu mami con vos, dedicale al menos un minuto al día. Ellas se sienten tan agradecidas cuando les das tiempo. Yo particularmente, la llamo todas las noches cuando llego a mi casa. A veces nuestra conversación es muy “formal”, pero al menos no dejo de escucharla. A la distancia, su voz es siempre tranquilizadora. Me imagino que cuando yo estaba en su vientre y ella me hablaba seguramente yo tenía la misma sensación. Y si ya no tenés a tu mamá, es humano sentir la tristeza por la ausencia, pero también es humano celebrar el privilegio de haber conocido a seres tan maravillosos. Estoy seguro que ella quizá no habría querido que la lloraras sino que la celebraras. Y también hay quienes nunca la conocieron, esa ausencia es muy particular porque se extraña a quien nunca estuvo. En cualquier caso, este día de las madres, abrazá, escribí a las que tienen ese papel tan fundamental y felicitalas. Si te pasa como le sucede a Herbert, una oración nunca está de más. Y como dice mi amigo Freddy: auuu!!!

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