Copyright


El contenido de este blog está protegido por los derechos de autor de
acuerdo a la legislación y costumbre internacional aplicable. Podrá utilizarse
el contenido siempre que se cite la fuente.


domingo, 4 de noviembre de 2012

Día 84: Perdonar Sinceramente (parte 3 y final)

Hoy domingo 4 de noviembre encontré en la revista del periódico Prensa Libre la publicidad de una famosa librería en la que anunciaban el libro “El Perdón y la Salud” de Ana Cristina Morales. Dentro de la breve reseña del libro dice “Todas las personas necesitamos pedir perdón o perdonar en el transcurso de nuestra vida. No solo nos prolonga la vida material, sino que nos proporciona una serie de herramientas que hacen muchísimo más feliz la vida diaria”. No he tenido ocasión de leer el libro, sin embargo estoy seguro que pronto lo compraré, lo leeré y lo comentaré en este blog. No obstante, me pareció fabuloso que se dedicara una obra completa al tema y a los hallazgos científicos de la conveniencia de perdonar para mantener una salud integral verdadera. Ingresé a la web de la editorial que está promocionando el libro y hay una sinopsis que amplía sobre el contenido del libro. En las últimas entradas me he dedicado a asegurar que dentro del camino a la plenitud es indispensable “Perdonar sinceramente”, que el hecho de hacerlo es una decisión (no fácil pero necesaria) y que el primer paso debe ser perdonarnos a nosotros mismos por ser dejados y cerrarnos las puertas. Jamás pensé que el hecho de aconsejar que se perdonara fuera a causar varios comentarios en mi inbox en los que se me decía que no es posible practicarlo siempre porque la realidad de las cosas es distinta a lo que se escribe en los libros y porque hay circunstancias que son imposibles de perdonar. No estoy de acuerdo con ninguna de las 2 afirmaciones, porque los libros generalmente hablan de otros libros o de la experiencia de la vida, por lo tanto los que se elaboraron a partir de lo que otros han vivido aportan datos extraordinarios. Y sobre lo segundo, creo que hay circunstancias muy duras y excesivamente difíciles de afrontar, pero no creo que exista alguna como para no perdonar. Conozco la historia de dos padres de familia que vivieron el secuestro de su hijo mayor, quien estaba por cumplir la mayoría de edad, y quien a apareció muerto a pesar de que la familia había pagado el rescate. Ellos afirman que el hecho fue muy duro (es indiscutible) pero a través del perdón a la gente que hizo esa atrocidad lograron con el tiempo aminorar el dolor de la irreparable pérdida y desprenderse de un sentimiento de amargura que les estaba impidiendo seguir con sus vidas. Además de ella está mi propia historia, que en varias ocasiones he comentado a cerca de lo difícil que fue mi infancia por las situaciones que provocaba mi papá cuando llegaba ebrio a casa, sin embargo, el proceso de perdonarlo y de seguir adelante con nuestro lazo familiar me ha hecho más fuerte y me permitido no vivir con un peso (de rencor) que llevé durante muchos años. Sin duda alguna, en la existencia de cada uno de nosotros hay muchas cosas qué perdonar y a muchas personas que tenemos que entregarles ese regalo. Cuando finalmente nos decidimos a darlo, los más beneficiados somos nosotros mismos. Ya lo dice la reseña de la doctora Morales, no solo logramos paz interior, también evitamos problemas físicos que se manifiestan cuando vivimos una vida de amargura. Si en tu vida hay problemas de salud que no se logran resolver o que los médicos no logran sanar a plenitud hay que preguntarse si no hay un trasfondo de amargura que quizá sea la causa-raíz del asunto.  De cualquier manera, el tener una vida sin tanta carga negativa depende de vos mismo. Perdonar sinceramente es quizá la parte más complicada del camino hacia la plenitud, pero transitar por él es sin duda la experiencia más liberadora que podás imaginarte. Es tiempo de que intentés pasar por ahí, no tenés nada que perder y sí mucho qué ganar. Y como dice mi amigo Freddy: auuu!!!

2 comentarios:

  1. Pues a veces cuesta porque en la realidad se requiere de mucha voluntad pero tampoco es imposible... el perdon es lo que el mundo necesita para vivir en armonia (todos los seres humanos).

    ResponderEliminar
  2. Perdonar, me dio libertad! Los sueños que hoy tengo, y los logros que he alcanzado... en mucho han sido gracias a la práctica del perdon! =) Dios es quien más sabe perdonar, y recuerden que estamos hechos a su imagen y SEMEJANZA, por lo tanto, el perdonar también corre en nuestras venas! solo aprendamos a practicarlo.

    ResponderEliminar