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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Día 4: Finanzas Personales 2

El ilustre José Milla escribió una “novela galopante” que se llama Don Dinero. No es para menos, el metálico es y seguirá siendo muy necesario, muy codiciado y muy culpable de desvelos y tormentos. Pero esos suplicios podrían ahorrarse si por lo menos nos tomáramos el tiempo de hacer un presupuesto real y respetarlo. En principio la idea de presupuestar podría parecer tan interesante y fácil como la física cuántica para el ciudadano de a pie, pero lo cierto del caso es que todos en cierto modo sabemos presupuestar. Cuando estamos en el colegio hacemos cuentas de lo que necesitamos para salir al cine el fin de semana y vamos guardando parte del gasto que nos dan nuestros padres para tener no solo para el boleto sino también para las golosinas. Pero la razón por la que de adultos las cosas no son tan fáciles ni eficaces es que no hemos aprendido que un presupuesto no es más que la correcta administración de nuestros ingresos y nuestros egresos. Ayer te pedí que comenzaras a hacer un listado de tus gastos. ¿Por qué es importante tener ese dato? Porque cuando lo comparemos con nuestras entradas sabremos si estamos teniendo déficit y al tener un panorama completo podremos saber donde hacer recortes. Pero vayamos por pasos. El primer tramo, entonces es hacer un listado de los gastos que tenemos. En ese listado quizá no hayás incluido algunos gastos que muchos no suelen colocar pero que es importante que cuantifiqués (cigarros ocasionales, las chucherías de la tienda para la refacción, las idas a bailar, los lustres de zapato en el parque central, los dulces de menta donde el chiclero, los servicios periódicos del carro o de la moto, las salidas, etc) parece exagerado pero si vas sumando todos esos gastos te darás cuenta de que en semanas, y en meses, e incluso en años representan un gran egreso y es  lo que he llamado “venas rotas financieras”, porque terminan por desangrarte sin que te des cuenta. Yo hice un ejercicio para sanar algunas venas rotas en julio de este año y fue más o menos así: todos los días tenía la costumbre de no desayunar y de comprar un jugo de naranja en una venta que está cerca de la esquina de la oficina (cada jugo me costaba unos noventa centavos de dólar), además compraba La Prensa (unos cuarenta centavos de dólar) y un par de sándwiches (alrededor de Un dólar con cincuenta), al sumar todo eso me estaba gastando a diario en la mañana alrededor de Dos Dólares con Ochenta centavos, que multiplicado por 5 días hábiles eran 14 dólares, que si los multiplico por 4 semanas de un mes eran 56 dólares, algo así como 440 quetzales. Ahora bien, decidí dejar de gastar en eso, levantarme un poco más temprano y hacer mis desayunos yo mismo. Los 110 quetzales que estaba gastándome a la semana se convirtieron en 40 quetzales semanales más o menos, es decir un ahorro de casi un 70%, y lo único que tuve que hacer fue invertir un momento en ir al supermercado a comprar la  despensa de la semana y unos minutos más en la mañana para cocinar. En principio puede ser que una vocecita nos diga algo así como: “qué flojera tener que cocinar, o estar pensando qué comer, mejor gastá, para eso trabajás”, pero si en lugar de eso pensamos en que nos ahorramos Q. 60.00 a la semana, que representan Q. 3,120.00 al año, quizá cambiemos de opinión y tengamos algo extra para fin de año. En resumidas cuentas el primer paso para hacer un presupuesto real es determinar todos los gastos, cuantificarlos y determinar también cuáles son nuestras “venas rotas”. El siguiente paso que es la conciliación con los ingresos lo veremos mañana. Algo que no debemos olvidar es que hacer un plan sobre esto no es que se tenga que hacer cada vez que comienza el año, lo bonito de todo es que se puede iniciar cuando sea, porque el control del dinero lo tenemos nosotros. Recordá: vos sos quien controla, no son las circunstancias ni los problemas. Nos encontramos acá mañana. Y como dice mi amigo Freddy: auuuuuuu.

2 comentarios:

  1. Efectivamente, la haraganeria nos gana y eso se paga y caro. Definitivamente la comida de la casa sabe tan deliciosa y a aparte que te evita muchas enfermedades que nos pueden incurrir en gastos extras. Muy ciertas la venas rotas que nos desangran financieramente por no querer hacer un pequeño esfuerzo. Gracias por los consejos. Un abrazo!!!

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  2. Gracias por tu comentario Le Petit Prince, es muy acertado lo que decís sobre la salud amarrada a la alimentación cacera... saluditos...

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