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lunes, 26 de diciembre de 2011

Día 2: Retomando los pasos para alcanzar la plenitud.

Hoy he pasado todo el día solo y he logrado conectarme conmigo mismo y con este proyecto. Me puse a revisar mis correos electrónicos  y la cuenta de Facebook. Me percaté de que el 29 de noviembre pasado anoté ahí que mi objetivo de vida es la felicidad. Luego, motivado por Gretchen Rubin, comencé a escribir los que consideré eran los pasos más adecuados para alcanzarla; conforme fueron pasando los días me di cuenta de que no solo quería la felicidad sino la plenitud y que para ella debía tomar en cuenta varios aspectos aunque no estuvieran tan “estrechamente” relacionados a la felicidad. El Paso 1 decía: “Tener una brújula para fijar el norte. Planificar el viaje para alcanzar los objetivos”. Cuando escribí ese posteo lo hice en forma figurada, es decir, la brújula y el viaje solo fueron una forma de decir que si iba a comenzar un proyecto debía saber a dónde quería llegar y de ahí buscar los caminos adecuados para llegar. Y es que he tenido proyectos que no he concluido, y no creo que sea porque haya sido malos o poco atractivos, o porque yo sea inconsistente, sino porque no había un plan que me dijera dónde iniciar y dónde terminar. Igual que yo, vos también necesitás una brújula y planificar tu viaje (llámese título universitario, trabajo, romance, dinero o cualquier  otra cosa que querrás alcanzar).  La brújula, según yo, es la serie de pasos que te permitirán emprender y terminar el viaje. Esa idea me surgió cuando recordé que los procesos no deben ser camisas de fuerza que te impidan actuar sino brújulas que te digan a dónde ir usando tu libre albedrío para determinar el mejor camino. Hace varios meses, con eso de que tengo un carácter que todavía es un poco confrontativo, discutí con un amigo que su negocio no tendría éxito si no planificaba a dónde quería llegar y cómo lograrlo. El me decía que era muy aburrido hacer planes y objetivos y que mi forma tan “cuadrada” de ver la vida se debía a que mi formación de abogado había distorsionado mi capacidad de improvisar. No estoy tan seguro de eso, lo cierto del caso es que sin hacer una planificación en papel, para mi sorpresa, le fue muy bien en su negocio y, aunque ha tenido algunos altibajos, la cosa va caminando bien. Eso me hizo pensar que quizá mi manía de planificarlo todo talvez no era tan acertada; sin embargo, durante este año leí “Blink” de Malcolm Gladwell, y entendí que muchas personas triunfan en la vida o toman decisiones en una fracción de segundo, no por suerte o porque sean unos improvisadores. Lo que sucede es que el cúmulo de experiencias en su campo o especialidad, les permite tener un olfato que el común de los mortales no tenemos y por eso, lo que a mi vista parecía un negocio de modelaje improvisado, resultó siendo una agencia que se mantiene. Y es que este amigo había estado trabajando en ese campo durante muchos años y sabía a dónde quería ir, solo fue que echara en marcha todo y su “instinto” (formado por la experiencia) le ha dictado a dónde dirigirse. Qué quiero explicar con esto, que si bien es cierto, soy partidario de tomar una hoja (física o electrónica) para realizar un plan de aquello que queremos, puede que algunas veces funcione no hacerlo de esa manera porque en la mente de quien está ejecutando ya se dibujó el plan, con sus pasos y objetivos, aunque no lo parezca. Lo importante de todo, eso sí, es tener claro a dónde se quiere llegar y no trazar objetivos inalcanzables o que no se puedan medir. Por ejemplo, si en 2012 queremos bajar de peso, deberíamos decir “quiero bajar 25 libras de peso”, de esa forma al concluir el año podremos saber si logramos el objetivo o no; porque si lo dejamos de forma general y bajáramos solo 1 gramo se podría decir que hubo un logro, pero quizá no sea lo que teníamos en mente. Si nuestro objetivo es ahorrar dinero, por lo menos deberíamos fijarnos cuánto y con qué frecuencia lo haremos, porque de lo contrario no podremos saber si estamos cumpliendo la meta. Por cierto, el tema del dinero en el año que viene es sumamente importante, por eso dedicaré la próxima entrada a la elaboración de un presupuesto anual para manejar más adecuadamente las finanzas personales… Y como dice mi amigo Freddy: auuuuu!!!!!

3 comentarios:

  1. Gracias por tu consejo, me parece muy acertado lo de fijar metas reales y poner cantidades a los objetivos, como lo de ahorrar,también creo que hay experiencias que se nos repetirán en la vida hasta que aprendamos la lección que tenemos que aprender :)

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  2. Hola Marlon, tienes razon en eso de que cuando uno quiere algo, el instinto mismo hace que las cosas salgan bien! Un vehículo Sedan, por más que se disponga a atravesar un rio, no lo hará tan bien como lo haría un 4x4, porque todos estamos hechos con un fin, cuando descubrimos ese fin (propósito), nuestro mismo instinto nos llevará al éxito!!! Claro, debemos hacer planes y actuar! tampoco van a caer las cosas del cielo. Dios hace cosas sobre naturales, las naturales, nos toca a nosotros! Que buen blog... ;-) Felicidades

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  3. Gracias, Carol y Josué por sus aportaciones, muy enriquecedoras. Saluditos...

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