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domingo, 23 de diciembre de 2012

Día 92: Reir, enamorarse y vivir (Parte 2)

Las fechas de fin de año generalmente son asumidas por las personas de diferentes formas. Algunos, los que somos creyentes, tendemos a darle una visión muy espiritual. Otros, los que no son tan religiosos, lo ven como un pretexto para renovar lazos o para compartir con los amigos y la familia. De cualquier manera hay un ambiente en el que la gente se quiere ver, quiere hablar, tiene ganas de desearle buenas cosas a sus semejantes. Eso me hizo pensar en lo que fue publicado en la revista dominical de un periódico guatemalteco, una frase atribuida al editor Hamilton Wrigth Mabi “bendita sea la fecha que une a todo el mundo en una conspiración de amor”. Y es que casi todos buscamos la finalización del ciclo del año para decirles a los que amamos cuán importantes son para nosotros. Desafortunadamente el consumismo ha hecho que una gran mayoría se dedique a gastar desenfrenadamente y a deprimirse o a emborracharse. Lo mejor de esta época es justamente reencontrarse. Hay varios amigos míos que durante estas fechas se van a los Estados Unidos para reencontrarse con sus familiares y muchos otros vuelven a sus pueblos en el interior para pasar en la paz de sus hogares las fiestas. Lo cierto del caso es que estas situaciones nos dejan darle sentido a la vida y a lo que verdaderamente vale. Es cierto que las cosas bonitas (como la moda o los vehículos) son hermosas pero con creces son superados por los momentos memorables. La vida es una colección de momentos entrañables. En mi entrada anterior decía que Reír y enamorarse eran requisitos indispensables para que la vida tuviera sentido, pero también lo es el hecho de vivir. Pareciera raro hablar de eso porque se presupone (en el sentido frío de la palabra) que por el hecho de estar en este mundo y respirar ya estamos viviendo, pero eso es parcialmente cierto, si se ve desde una perspectiva más amplia porque vivir no solo es respirar, es también compartir esa respiración con los nuestros, es atreverse a hacer lo que queremos hacer sin dañarnos ni dañar a otros, es regalar las flores que desde hace tiempo deseamos dar, es cantar en la calle sin temor a que se nos queden viendo, es ver el amanecer y tomar de la mano a la persona amada, es sacarle una carcajada a nuestra madre, o una afectuosa mirada a nuestro padre. Vivir es abrazar a la gente que es importante en tu vida, es llorar cuando se tienen ganas y vaciar el alma. Vivir es la suma de las risas inocentes y el amor expresado en tu vida. Para llegar a ser plenos no podemos dejar escapar los momentos pequeños con los que amamos. SI nuestra vida se convierte en un cofre lleno de hermosos recuerdos, en los momentos más difíciles podemos recurrir a ellos para encontrar fortaleza. No se trata solo de respirar, se trata de que cada momento sea espectacular. No sabemos cuántos momentos tendremos disponibles en nuestras vidas, por eso es tan importante exprimirlos al máximo. En esta penúltima entrada de mi blog te invito a reír, a enamorarte, a vivir la vida, y no morirla. Y como dice mi amigo Freddy: auuuu!!!

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